domingo, 7 de septiembre de 2008

El universo

Siempre somos y no nos damos cuenta.

La vida y la muerte se funden en lo más profundo de la existencia hasta ser lo mismo.

Los siglos pasan, pero siguen estando ahí ¿Acaso se ocultan o es que somos ciegos?

El universo es enorme pero al mismo tiempo mide lo justo para que lo podamos contemplar.

El universo existe porque nosotros existimos, y nosotros existimos porque el universo existe.

La vida rompe las reglas continuamente para seguir su camino.

La vida se extiende rompiendo normas.

Lo más pequeño de lo pequeño no lo vemos porque realmente es lo más grande de lo grande, y carecemos de perspectiva.

El miedo es el mayor enemigo del hombre. El ocio también.

Las normas, costumbres y muchas de las estructuras sociales crean dependencia generando miedo e inseguridad. Hay que combatirlas.

Los branas o universos paralelos acaban por encontrarse. Se envían e intercambian información.

Las estrellas que no se ven, están delante de nosotros.

El infinito está ahí mismo.

En este universo, lo más inteligente está en nuestro nivel. El siguiente nivel está en otro universo.

Cada ser inteligente y consciente pertenece a un universo, ya que es la consecuencia de este.

Cuando iluminemos nuestro universo, alcanzaremos otro.

Este universo comenzó con el big bang expansivo. Nosotros seremos la causa de su próxima gran transformación. También seremos su consecuencia.

Si nosotros estuviéramos en el otro extremo del universo, al contemplarlo veríamos lo mismo que vemos ahora.

El universo es un espejo de quien lo observa.

La profundidad es la capacidad que tenemos de ahondar en otros universos, de librarnos de este plano fino y enorme que llamamos realidad.

Vivimos atrapados en la realidad. Tiene tal fuerza, que impide cualquier movimiento que pueda mostrarnos otros planos. Nos mantiene quietos y entretenidos. De esta forma nos obliga a ser más inteligentes. A tomar consciencia pues nos necesita para cumplir sus ciclos.

Pensamos y engrandecemos el pasado cuando somos incapaces de afrontar el presente.

El pasado a menudo pesa como una losa. Es una de las causas que nos atrapa en la realidad. Nos inmoviliza. Hay que borrar gran parte de él.

Si somos inmunes al pasados, caminaremos ligeros y tendremos la posibilidad de movernos para encontrar nuestra profundidad.

El futuro tecnológico nos lleva a un camino que siempre hemos definido como espiritual, pero los motivos son bien distintos. Hay que resetear el concepto de lo espiritual y darle un nuevo significado. Sobre todo un nuevo sentido.

El universo se aplacará y armonizará a través de nosotros.

Gran parte de la belleza del universo está aún por llegar.

La vida inteligente y consciente es como una luz que se va extendiendo por todo el universo. Su crecimiento es exponencial. Tardó 14.000 millones de años en aparecer y se apoderará de todo el universo en los próximos 10 milenios.

Quizás sea necesario un observador para que algo exista, siendo por tanto el peso de la existencia mucho más ligero de lo que pensamos.

Vivimos atrapados como moscas en una tira enorme y fina que llamamos realidad. Tratar de zafarnos es ahondar en nuestra inteligencia y en nuestra consciencia. A través de ellas se moldeará el futuro que a su vez ya está moldeado.

Dejar huella para volver y borrarla. En eso consiste la perfección.

Somos el fruto de una asimetría. Lo simétrico es perfecto. Es lo que no vemos. Es la nada.

El descanso profundo se acerca a lo simétrico.

La nada es la perfecta simetría, el punto donde todo se anula y desaparece. Su fragmentación sería el principio del universo. Los multiversos.

La simetría oculta la nada.

La nada se compone de infinitas capas que superpuestas se anulan, siendo la simetría su sustento.

Cuando la nada se corrompe aparecen los universos, lo que llamamos el todo.

La distancia entre el todo y la nada viene marcada por la simetría. Un pequeño desfase simétrico origina el todo.

Los universos no se parecen entre sí, por eso existen.

Todo universo tiene su simétrico. Terminaran por encontrarse y anularse.

La nada está delante de nosotros pero no la vemos.

El hombre busca lo simétrico porque anhela la nada.

Los ciclos son las vueltas que da algo para encontrarse con su simétrico y desaparecer.

Lo que desaparece sigue ahí pero al ser simétrico no lo vemos.

La nada crea y destruye.

La perfección es invisible.

Los universos escaparon de la nada.

La búsqueda de la perfección es la búsqueda de la nada.

Hay en el universo un continuo renacer que busca la nada.

Mal interpretamos la nada y por eso nos angustia.

Para entender la nada debemos encontrarnos con nuestro simétrico.

El devenir de la nada necesita la inteligencia consciente para cumplir sus ciclos.

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