Nuestro cerebro se va actualizando, actualizando a su vez
la realidad que percibe.
Dicha realidad esta sujeta al desarrollo de nuestro cerebro, convirtiéndose en una cuestión de enfoque.
Billones de billones de partículas girando en torno a ellas mismas. Nuestro cerebro las interpreta en una posición determinada como si fueran minúsculos pixels, escenificando la realidad.
Cuando no miramos no hay realidad, hay billones de billones de partículas girando en torno a ellas mismas.
Hay infinitas realidades posibles.
Todas se encuentran en la nada.
Ya sabemos que cuando descubrimos una verdad, solo afecta al modelo que hemos utilizado. No pretendamos hacer pasar por el aro al resto de los casi infinitos modelos que hay o puedan haber.
Tendemos a sobrevalorar las verdades que descubrimos. Cuando lo hacemos dejan de ser verdades.
Las verdades dependen del modelo que se haya utilizado para llegar a ellas. Las verdades contradictorias no se anulan, al revés, suman.
Después de la muerte no hay tiempo ni materia.
Algunas realidades se desvanecen con tristeza
¿Que es la nada? Descubrir lo que somos, ejercer de ello y regresar para borrar todos nuestros pasos.
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